-SILABA- CAPITULO UNO

Hola caminantes!!!

Ha sido un tiempo! 

He vuelto gracias a que finalmente la persona que estaba dando problemas a mi familia se "fue". Yo quería y quiero mucho a mi abuelo pero estos meses han sido un sufrimiento para sus hijos y nietos y por una parte nos entristecemos de que se haya marchado para siempre, dejando un montón de divertidos recuerdos ( sobre todo de grandes reuniones familiares y numerosas regañías de mi madre y mis tías debido a su debilidad por sus nietos, cosa que aprovechábamos a menudo XD) pero por otra parte estamos aliviados de que finalmente pueda descansar en paz sin sufrir esa horrible enfermedad. ¡El lucho seis años por la vida cuando los médicos le pronosticaron solo un año! Es un verdadero héroe :)

Pero dejemos de lado mis charlas sentimentales XD el caso es que estuve ocupada lejos de este mundillo y cuando vuelvo veo que han cambiado un montón de cosas. Lo mas relevante es por supuesto el cierre de numerosos blogs que nos traían excelentes traducciónnes (u.u). Es un gran golpe pero debemos tomarnos ese acontecimiento con optimismo y aprovechar para impulsar los autores de habla española :) Y aprovecho esto para decir que eliminare la sección de libros homoeroticos y borrar los enlaces de descarga.

Dejando eso aparte, voy al meollo.

En primer lugar...he conseguido (por fin) instalar el gadget de suscripción por correo, así que para aquellos que no tengáis face o os resulte mas fácil recibir las notificaciones de nuevos cap o actualizaciones por correo podéis suscribiros en la columna de la derecha :D

También..."la sección historia de los blogs" lo voy a cambiar pronto por "escritoras y más" ya que al cerrar los blogs no hay mucho que preguntar, por eso centrare mis entrevistas a aquellos que escriben y editan en nuestra lengua :).¿Alguna sugenrencia para estrenar esta sección?

Respecto a los mangas, seguiré subiendo de vez en cuando :)

Y por ultimo....he decidido cambiar Alma de Dragón por -Silaba- ya que Alma de Dragón es una obra en la que sus puntos principales estan claros pero que tienen una trama compleja y oscura. En estos momentos, aunque acabo de salir de un problema familiar estoy metida en los exámenes de final de curso (/;A;)/ y ya con PARADISE AND HELL estoy improvisando XD los capítulos dependen de mi estado de animo :P . -Silaba- es una novela que archive en "Futuros" con la intención de sacarlo a relucir mas tarde. La temática es un intento de tanteo al genero Steampunk (¡que me encanta! una muy recomendable lectura de este genero es la triologia Leviatan de Scott Westerfeld) y mezcla mi fascinación por la magia con la tecnología del mundo steampunk, y por supuesto con una pareja de hermosos chicos como protas XD esta novela es activa y con acción.

Aquí os dejo la reseña y la portada provisional:

La historia se sitúa en medio de una guerra entre un imperio de dragones con conocimientos únicos de la mecánica y los países en su contra. El imperio conquisto, en una de sus muchas campañas de batalla, un prospero país neutral, Derlians, que poseían una magia capaz de hacer frente a las maquinas de los dragones, la magia de las palabras. Los dragones arrasaron el país, matando a mas de la mitad de su población y encarcelando a los pocos sobrevivientes en las minas y prohibieron, bajo pena de muerte, la educación y divulgación de la lengua derliana.

Ciel es un joven escriba recatado/vendido a un país vecino donde esa habilidad que en un principio fue un don para él, lo convirtió en un arma.

Pronto el país entra en contacto con una nave de dragones rebeldes con intención de aliarse con ellos y expulsar a los dragones del territorio humano...los dragones aceptaran, pero con una condición, una garantía.

Ciel.

Pero jamas se les paso por la mente que aquel muchacho irónico y temerario fuese un escriba derliano.

¿Sera decisiva la presencia de Ciel en la guerra? ¿lograra ganarse la confianza de los dragones rebeldes? ¿lograra que les cuente su secreto?

Pues sin mas preambulos espero lo disfrutren y aqui les dejo el 1º capitulo, comenten que les parecio y que les parece las ideas que he presentado.

Por supuesto, cualquier sugerencia sera escuchada :) y muy bien recibida.

CAPITULO UNO:

“El escriba Ciel quién fue entregado a los dragones aliados y puesto bajo la protección del engañoso piloto Owen”

“Ciel”, las temblorosas lineas que la pluma empuñada en su pequeña mano habían plasmado en el papel hicieron que el pulso cardíaco del niño aumentara, sus pulmones se expandieran y los músculos de su cara se extendieran en una sonrisa. Con alegría y satisfacción se volvió a ver a su maestro, un sucio, harapiento y cojo anciano que le enseñaba a escribir en los ratos libres que ambos tenían en la mina. El anciano le sonrió asustado. El niño lo ignoro y volvió a la pared oscura de uno de los túneles, donde habían viejos carteles ya amarillentos y volvió a escribir lentamente su nombre. A cada letra que aparecía la emoción llenaba cada vez más al niño, que fascinado con la magia de las letras no se percató de la triste mirada de su maestro.

Diez años después las enguantadas manos de Ciel se deslizaban por un blanco y pulcro papel con una pluma plateada, las letras fluían armoniosamente y veloces plasmándose en el papel con arte. Sin embargo a Ciel ya no le embragaba la emoción ni la fascinación. Dejo de sentir estos sentimientos después de una noche oscura y fría, en que había quedado con su maestro para enseñarle sus logros con la cursiva. Escribir dejo de ser un pasatiempo. En cuando se deslizo por el estrecho túnel hasta la cámara donde lo esperaba el viejo Ciel supo por que a cada logro suyo su maestro parecía cada vez mas triste y ansioso. Delante suyo se encontraban dos soldados del país vecino, uno de ellos depositaba una bolsa llena de monedas de plata en la mano de su maestro el cual evitaba su mirada mientras una temblorosa y codiciosa sonrisa dividía su cara en dos. El otro soldado sostenía un fino collar de plata del cual colgaba una chapa metalizada de color azul. Después de que el anciano negase fervientemente haber sido el tutor de Ciel se deslizo con una velocidad asombrosa para su cojera por uno de los muchos túneles desapareciendo para siempre de la vida del joven. Los dos soldados se acercaron. Uno le sonrió, el otro no, y con leves empujones le instaron a dar la vuelta. Ciel ya no necesitaba mas para entender.

Había sido vendido.

Su país, Derlians, había sido conquistado por dragones, no aquellas míticas criaturas aladas que escupían fuego y custodiaban tesoros. No, aquellos dragones no volaban o escupían fuego y aunque si que guardaban celosamente sus tesoros eran humanos que trabajaban con la mecánica como si esta fuese algo vivo y solo temían a una cosa: la magia de las palabras. Una sola palabra escrita sobre estas maquinas las destruía. Por eso, por años se persiguió a los escribas y se prohibió la enseñanza. Muchos reinos vecinos probaron su lengua sobre papel y lucharon contra las maquinas pero pronto se dieron cuenta de que la magia solo estaba en la escritura derlians y solo funcionaba cuando esta era esbozada por uno de sus habitantes. Los dragones de inmediato quemaron todos los libros y superficies donde se reflejaba esta escritura y realizaron una masacre eliminando a mas de la mitad de la población derliana y los pocos que quedaron fueron esclavizados en las minas. De este modo un escriba de Derlians se convirtió en lo mas codiciado tanto por dragones como por rebeldes y nadie dudaría en pagar grandes cantidades de dinero y riquezas por tener a una de estas personas que eran parte de una minoría casi extinguida de escribas de una escritura casi eliminada. Y Ciel lo había comprobado por experiencia. En el momento en que el collar frio de plata toco su carne Ciel paso de ser un pobre y hambriento minero a ser una temida y codiciosa arma. Aquel fue el día en que su don se convirtió en una maldición.

- Ciel – el muchacho miro de reojo al soldado que se le acercaba y rápidamente lo identifico.

- Ralph...

- Acompañame. El capitán desees que estés presente en la negociación con los desertores de los dragones.

-¿Hubbs quiere que este presente? - pregunto con una nota de incredulidad girando su torso por encima de la silla para mirar cuestionablemente a su amigo, dejando de lado el texto que redactaba para proteger uno de los muros de aquel pequeño campamento al que había sido enviado junto a su destacamento, liderado por el capitán Hubbs, uno de los soldados que fue a recogerlo a Derlians. El que no sonreía. Desde entonces Ciel siempre le había dado guerra. Por eso le extrañaba que permitiera que Ciel acudiese a una reunión de máxima importancia.

- “Educadamente” le sugerimos que tu presencia podría ayudar para ver lo que a nosotros se nos escapa.- explico con una sonrisa sardónica el soldado. Ciel también esbozo la misma sonrisa.

- Sabes que no seguiré el protocoló.

- Por eso vas a ser asignado a cinco de nosotros, esa fue la condición del capitán.

- No...- se lamento quejumbroso el escriba mientras sacaba su labio inferior en un puchero.

- Sí Ciel, ahora prepara tus plumitas y papelitos y salgamos pero ya, también...no hagas escándalo Ciel, se supone que es una operación secreta. - Le advirtió el hombre que aunque era unas pulgadas más bajo que Ciel con su metro setenta y siete, irradiaba un aura violenta. El escriba solo asintió.

Se escabulleron del campamento como tristes ladrones. Una comitiva de diez formada por el capitán Hubbs, dos diplomáticos, un escriba (no derliano, por supuesto), el propio Ciel y su guardia de cinco soldados, entre los que figuraba Ralph, rodeandole. Ciel se maravillo de que el campamento entero no acudiese ante el estrépito que provocaban los dos diplomáticos y el prepotente escriba.

Llegaron a los cercanos raíles de tren que limitaban con el bosque Selvahan, recientemente apodado el bosque mecánico, el cual entraba en los limites de Derlians. La comitiva se detuvo a un lado de los raíles. Ciel observo de reojo a su capitán un fornido y bajito hombre de cabello ya entrecano y penetrantes ojos selva, el cual recorría con la vista el bosque con gesto nervioso mientras, con las manos cruzadas a la espalda, se balanceaba sobre las puntas de sus pies. Claramente estaba nervioso.

De forma abrupta surgió del bosque un grupo con el mismo número de personas que el suyo el cual se acerco rápidamente a ellos deteniéndose igual de abruptamente en el otro lado de los raíles.

El grupo de los dragones estaba encabezado por una figura conocida para todo aquel que participara en la guerra. El capitán Sumka el Traidor era temido tanto por sus iguales como por los humanos debido a su impotente presencia con los numerosos implantes mecánicos que le daban la victoria en sus sangrientas batallas. La mas llamativa era sin duda su ojo derecho artificial, de un gris metalizado con un iris en forma de engranaje que giraba lentamente. 

Muchas cosas se contaban de él y muchas le hacían honor.

Estaba rodeado por nueve soldados, todos armados hasta los dientes a excepción de uno que solo portaba una ametralladora y un alijo colgado al hombro y aunque vestía con las ropas típicas de los dragones estaban llenas de manchas de aceite y hollín demasiado recientes a diferencia de sus compañeros. Ciel supo de inmediato, gracias a su experiencia en la mina, que aquel no era un soldado normal y por supuesto tampoco era un minero. Para Ciel era claramente un piloto por mucho que este intentara disimular con maneras torpes y expresión fingida. No es que fuera malo, Ciel estaba seguro de que sus compañeros no sospecharían nada de ese sujeto, pero para él era como un montón de pistas que decían “¡aquí hay algo raro!”

Ciel murmuro detrás de su capitán.

- Mas falso no podía ser.

Hubbs se volvió de inmediato con la cara empalidecida y exclamó con un tono dominante.

-¡Ciel! - pero fue demasiado tarde, el líder de los dragones le había oído en el tenso silencio y clavo sus ojos en el escriba.

- ¿Qué eres? No llevas armas ni vas vestido como un diplomático o un escriba.

Ciel sonrió sabiendo que su atuendo negro no correspondía ni al espartano uniforme azul de los soldados, ni a los lujosos ropajes de los diplomáticos, ni al atuendo rojo de los escribas, diablos, ni siquiera tenia relación con el obligatorio uniforme celeste de los escribas derlianos. Era muy sabido que el rey del país que le había comprado mantenía celosamente guardados a sus escribas derlianos entre los muros de su palacio, haciéndolos trabajar sobre armaduras y armas para hacerlas efectivas contra las maquinas de los dragones. Sin embargo Ciel era especial. Dentro de los cuatro escribas de este país Ciel era el único con conocimientos de guerrero y fue destinado desde su compra a servir en el ejercito de forma clandestina.

El capitán Hubbs gimió y llevándose las manos al cielo exclamo enfadado en dirección a los soldados.

- ¿¡ A quien se le ocurrió la estúpida idea de traer a Ciel !?

El susodicho ignoro a su capitán y contesto a Sumka con una sonrisa que no llego a sus ojos.

- ¿mmm? Soy un simple aprendiz de escriba.

Sumka arqueo una ceja desconfiado.

- ¿Por que necesita un simple aprendiz de escriba una escolta de cinco soldados rodeandole?

Ciel amplio su sonrisa.

- Digamos que soy un bicho raro.

-Basta Ciel – exclamo Hubbs interponiéndose entre este y el dragón – Señor Sumka, por favor tratemos rápidamente el motivo de nuestra reunión.

Sumka aparto la mirada del escriba y la centro en el hombre.

- Por supuesto.

-Me parece necesario una alianza si queremos tener una oportunidad para derrotar a los conquistadores de Derlians.

- En eso estamos de acuerdo capitán Hubbs. Lo que me preocupa es...¿como sabremos que ustedes no nos van a traicionar? - pregunto con un bajo gruñido el dragón el cual miraba a Hubbs que iba empalideciendo, el movimiento constante del engranaje del ojo de Sumka lo ponía más y más nervioso. Necesitaba acabar este encuentro, por eso con una nota de impaciencia pregunto.

-¿Qué es lo que quieren?

Ciel lo supo antes de que Sumka hablara, el brillo en los ojos naranja del piloto y la breve sonrisa en el capitán dragón le dijeron muchas cosas y mas cuando el piloto lo miraba con una casi palpable curiosidad. Ciel supo que el piloto era una especie de telepata y que tenia cierto rango de poder, lo suficiente como para influir en la respuesta del lider de los dragones.

Sumka no miro al escriba y le respondió a Hubbs con firmeza.

-Queremos al aprendiz de escriba.

Exclamaciones y murmullos sordos se oyeron entre los soldados. Ciel solo mantuvo su mirada fija en el piloto el cual intentaba reprimir una sonrisa. Hubbs no podía estar más pálido. Señalando a Ciel tartamudeo.

- ¿Seguro que quiere a este crío? ¿D-de que les servir...?

- Es una garantía – le interrumpió Sumka – es evidente que no es lo que dice ser y debe ser lo suficientemente importante como para estar escoltado por cinco soldados o para que usted, querido capitán, se vea como si le hubieran arrebatado su mas preciado tesoro.

Hubbs simplemente abrió y cerro la boca sin encontrar las palabras.

- Por supuesto, nosotros también entregaremos una garantía – finalizo el dragón.

-S-solo hipotéticamente...si consideráis que os hemos traicionado...¿lo matareis? - pregunto ya claramente nervioso Hubbs.

Sumka frunció el ceño molesto, como si la idea de asesinar fuera repugnante y algo que no hacían a diario. Que chiste, pensó Ciel.

- Claro que no, solo lo golpearíamos y usaríamos para nuestro beneficio.

- Que tranquilizador. - murmuro sarcásticamente el escriba cruzándose de brazos y mirando con molestia al dragón. Sumka lo ignoro y acercándose un paso sobre las vías le dijo con voz calmada a su capitán, quien ya sudaba copiosamente.

- ¿es un trato? - alargo la mano – tu escriba por mi mecánico.

Hubbs trago saliva sonoramente. Ciel frunció el ceño algo temeroso pues un mecánico era casi igual de valioso que un escriba ya que conocían todos los secretos de las maquinas y nunca se había visto a uno en el frente de batalla. Bueno, a un escriba tampoco. Ciel sonrió y supo que la decisión estaba tomada. Hubbs alargo la mano y estrecho la de Sumka, con una débil voz murmuro.

- Es un trato.

Nada mas decir estas palabras un insistente pitido se oyó y todos los presentes reconocieron aquel ruido. Era el silbido de una K-89 siendo cargada. Sumka se aparto de un salto y poniéndose junto a su equipo, que estaban en posición de combate, exclamo.

- ¡Un corredor! ¡Los conquistadores nos descubrieron!

Los dos capitanes se miraron y asintieron a la vez.

Sumka se dirigió a su grupo y les grito.

-Nauren, vete con los humanos. Owen, eres responsable del escriba.

Por el otro lado Hubbs le arrebato el alijo a Ralph y se lo puso a Ciel para acto seguido agarrarle la cara con ambas manos y mirándolo fijamente exclamo apresuradamente.

- Ciel, no hagas tonterías, refrena tu lengua y ideas y....cuídate mocoso, no fui a recogerte a Derlians para que te maten en el mismo sitio.

Ciel lo miro sorprendido, sintiendo por primera vez la genuina preocupación que Hubbs había sentido por el desde que lo recogió. 

Sonrió y asintió.

- ¡ve! ¡ponte a cubierto imbécil! - exclamo Hubbs empujándolo hacia los dragones. Ciel trastabillo y fue agarrado por una mano firme y callosa, una divertida voz le susurro al oído.

- Buenos días querido escriba, mi nombre es Owen y seré tu guarda.

Ciel levanto la mirada y reconoció al piloto. Este le sonreía abiertamente. Por el rabillo del ojo vio como un corredor se materializaba a lo lejos y esbozando una sonrisa se giro rápidamente, agarrando la mano del piloto le respondió con sorna.

- Buenos días a usted también señor piloto, mi nombre es Ciel.

La sonrisa lobuna de Owen confirmo a Ciel que trataba con un buscapleitos como él, se carcajeo y exclamo a la vez que ambos corrían al abrigo de los arboles - ¡esto se pone cada vez mas interesante!