(Crisálida) CAPITULO 10: LAGRIMAS DE PUERCOESPIN

Hola caminantes!!
Este capitulo ha sido especialmente difícil de escribir, no sabia como mostrar nueva información sin liarla mucho...el resultado ha sido aceptable (al menos para mi) espero lo entiendan y sobre todo lo disfruten :).
Aviso que ya estamos a dos capítulos del clímax :) ( con ello me refiero a la mitad de la historia ;D)

Por cierto, a los amantes del yaoi o del shounen de deportes os presento mi nueva pagina de facebook dedicada solamente a la serie Haikyuu!! que va sobre voleibol :)

Haikyuu y algo de yaoi

Y sin mas el nuevo capitulo!!

CAPITULO DIEZ: LAGRIMAS DE PUERCOESPIN

Mikel

La cabeza le daba vueltas, tenia unas ganas incontrolables de vomitar, no podía abrir los ojos, el mundo daba vueltas a su alrededor y a lo lejos un seco sollozo se oía.

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Nino se encogió brevemente cuando vio los gritos desesperados de Víctor. El búho se levanto con dificultad, apoyándose en la pared, aun débil por el fuerte choque del agua contra su cuerpo, su mirada no dejaba su mano que temblaba incontrolablemente.

-Si hubiera aguantado mas...si yo.

Nino cerro los ojos y gimió cuando comprendió que Víctor estaba en shock y no iba a ser mas útil que un cuerpo muerto.

-¡Nino!- el eco de la voz de Skans le llego de forma opaca -¿¡Donde estas!?

El serval finalmente se paro sobre sus piernas y grito, llamando a su pareja mientras apartaba la mirada, compungido, de Víctor, que seguía murmurando incoherencias.

La cabellera pelirroja de Skans lleno el corazón de Nino con alivio y no le importo el dolor que le recorrió el cuerpo cuando el león se abalanzo sobre él, aprisionándolo en un abrazo demoledor, su cara enterrada en la fragancia de su compañero. El mero pensamiento de perder a Skans destrozo a Nino y supo lo perdido y dolorido que debía estar Víctor.

Solo por eso iba a perdonar la inutilidad de esta estúpida ave.

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A los veinte segundos de escanear la zona con su fría mirada Yana supo al instante que no iba a ser una complicación ganarse el favor del sector mas rebelde del aviario.

Las aves que no seguían al reconocido líder se agolpaban alrededor de un joven de cabello rubio con ojos marrones, tenia una chaqueta de cuero negro demasiado grande que acentuaba aun mas su pequeña estatura. Yana sonrió, no debía engañarse por su apariencia débil, Tebeo era un ave realmente peligrosa aunque en su forma animal no sea capaz de volar ni se vea especialmente hermosa.

-¡Hey! ¡Casuario!- llamo con voz plana la cuervo.

El rubio alzo la vista y en cuando sus vistas se cruzaron una anormal sonrisa cruzo la cara de Tebeo, su cuerpo pareció hincharse con un aura de satisfacción y su mirada adquirió un brillo de emoción que fue acompañado por los murmullos excitados de los rebeldes. Cuando las palabras de la pequeña muchedumbre llegaron a oídos de Yana esta cerro los ojos y lanzo un suspiro mental mientras un escalofrió le recorría la espalda.

Tebeo la había estado esperando.

-Sabes por que estoy aquí así que vayamos al grano- la voz de Yana silencio a la muchedumbre a pesar de que había hablado en un tono bajo, Tebeo asintió a sus palabras con un seco asentimiento- lo que tenemos que hacer para derrocar a Diego es simple.

-Si vas a sugerir que lo mate, te aviso que no lo haré.- la interrumpió el casuario saliendo del circulo hecho por sus seguidores y plantándose ante la mas alta ave negra. Yana lo miro, bajando la vista para poder conectar con la mirada café y arqueo una ceja, la pregunta clara en su rostro. Tebeo se rio levemente y sonriendo de lado le explico.

-No deseo ser el próximo líder- la sorpresa fue mayúscula en Yana que incluso se movió un paso hacia atrás, sockeada, algo inusual en el comportamiento impasible de la cuervo- que este en contra de Diego no significa que desee ser líder, diablos, yo amo mi soledad. Es solo que no puedo aceptar a un líder que esta sumido en la desesperación y la melancolía.

Yana se recompuso rápidamente y frunció el ceño no pudiendo rebatir las palabras del casuario e incluso añadió su propio juicio.

-Tienes razón, yo lo ayude pensando que dejaría atrás el pasado pero no solo se ha hundido en el sino que ha llegado a sobrepasar la linea de la locura...- se cruzo de brazos y esbozando una pequeña sonrisa le dijo al rubio- ya que parece que tienes un pequeño plan ¿por que no me lo cuentas?

La sonrisa peligrosa de Tebeo surgió de nuevo pero Yana vio también una chispa de esperanza en sus ojos.

-Solo tenemos que conseguir que este mestizo de ave y mariposa lo mate.

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Tras unos largos minutos Tai estaba lo suficientemente despierto y espabilado para saber que estaba siendo cargado por un joven que andaba a trompicones y que llevaba todo el momento sollozando y soltando algún que otro hipido.

Tras unos cuantos intentos pudo abrir sus ojos y mover la cabeza del cuello del joven el cual se paro aburptamente al sentir el movimiento de Tai.

-¡A-ah! ¿ya te despertaste?

El joven se detuvo y descargo a Tai con cuidado, apoyándolo contra la pared del túnel, Tai parpadeo repetidamente mientras miraba a su derecha y izquierda, solo encontrando paredes de tierra y roca y un túnel sin final. Finalmente centro su mirada en su salvador.

Se encontró con una cara demasiado juvenil. El muchacho parecía tener la misma edad que Tai si se fijaba en su cuerpo flexible y desarrollado pero su cara era pálida, extremadamente ovalada, en forma de corazón con las mejillas y nariz salpicadas de atractivas pecas pálidas, sus ojos eran tan ovalados que daba la sensación de que su iris marrón ocupaba en realidad todo el globo ocular, una gran mata de pelo rizado oscuro rodeaba esa cara infantil. Tai habría pensado que era incluso atractivo si no fuera por sus ojos rojos y su nariz moqueante. Sus mejillas estaban húmedas y arreboladas.

-¿Estas bien?

La pregunta fu hecha con tal genuina preocupación que Tai sonrió conmovido y con un gesto de la mano invito al joven a sentarse a su lado. Torpemente el joven se sentó a su lado y recogió sus piernas, envolviéndolas con sus brazos, sus grandes ojos clavados en Tai.

-Estoy bien, solo necesito descansar. ¿y tú?

-Estoy bien...- las lagrimas que empezaron a asomarse por las orillas de sus ojos y el temblor en su voz desmintió sus palabras. A Tai se le oprimió el corazón y alargando su mano agarro la fría mano del joven y le pregunto con un tono arrullante.

-¿Qué es lo que paso?

Los grandes ojos del joven lo miraron con lagrimas y entre hipidos le contó a Tai que hace unas horas se encontraba con sus padres, caminando por los túneles que los cambiaformas usaban para ir de la ciudad al campo. La tromba de agua les tomo de sorpresa pero pudieron agarrarse de una de las lamparas, sin embargo de repente el cuerpo de Tai apareció en la lejanía, flotando. Su padre no había querido abandonarlo y aunque entre su mujer y él consiguieron agarrar los dos eran demasiado mayores y débiles y la fuerza del agua pudo mas que ellos. Para cuando el agua amaino y pudo hacer pie solo e encontraban ellos dos en el túnel.

Tai miro con tristeza al joven que intentaba limpiarse la nariz con la manga mojada de su sudadera. Le apretó aun mas fuerte la mano y dijo dos palabras que sin embargo animaron mucho al joven pues eso demostraba que sus padres no habían salvado a una mala persona.

-Los encontraremos.

El joven asintió tan efusivamente que Tai se rio. Soltando la mano del joven se apoyo en la pared y se puso de pie. En cuestión de segundos el otro estaba a su lado agarrándole con una fuerza sorprendente.

Nada mas dar los dos pasos Tai empezó a reírse de nuevo confundiendo a su compañero de viaje.

-Aun no se tu nombre ni te he dado las gracias, lo siento mucho.

La sonrisa del joven animo a Tai que se aparto el flequillo mojado y miro con curiosidad a su nuevo amigo.

-Ni tienes que darlas, eso es lo que cualquier persona decente haría. Y me llamo Mikel. Soy un puercoespin.

**********

-Vaya, vaya, parece que las aves están jugando sin nosotros- canto una voz.

-Supongo que no importa si nos unimos al juego ¿no?- respondió otra.

-Nah, estoy seguro de que no les importara- canto de nuevo la primera voz. Las sombras empezaron a disiparse y se vislumbro tres formas pálidas.

-¿No que odiaban que participásemos?- exclamo con ironía la segunda voz.

-¿Por que seraaaa?- canto la primera. Fue la tercera voz la que respondio, una voz burbujeante y desprovista de humanidad.

-Por que somos la escoria de la sociedad cambiaformas.

-Mariposaaaaaas- cantó la primera voz.